No sé si ustedes tendrán memoria en el paladar. Yo sí. Ahora mismo se me antojaban un api morado y caliente con llauchas de la tierra de mi madre. Pero también recuerdo, la cuajada de Guanacaste, la leche caliente, la pizza jugosa de Playa Grande, los camarones frente al mar, el sabor del mar en mi boca. El chocolate caliente que me preparaba mi abuelita, el ceviche, el rice and beans, el gallo pinto con pan tostado, las ensaladas de frutas, el sabor a crema al besar su frente. Los postres de mi madre, la piel ajada de tabaco de mi padre. Las naranjitas de zanahoria rallada de mi abuela materna, los chicharrones de soya de mi tía, la piel añeja de mi abuelo. El sushi, con su wasabi y su jengibre rosado. El chawarma de pollo. La bomba de chocolate de Il Panino. La Pizza de Il Pomodoro, de Pizza a la Leña... Copas de vino tinto, el humo en tus labios, mis lágrimas. Esa sopa azteca que nos tomamos, amiga, los margaritas, la sal, hasta las risas. Mi sangre en cada herida. Tantos besos, tu ...