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Mostrando las entradas de mayo, 2006

Tributo a la Tierra

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Hay una fuerza indiscutible en el flamenco que despierta la Tierra con los tacones. Que enciende fuegos, que apaga velas. Que eriza la piel, que levanta faldas, que quiebra con las miradas, que se detiene en una nota, y sobrevive en el eco que emana el silencio. Y viene, de un movimiento cimbreante de caderas, un tributo a la Tierra, de pies descalzos, de vientres fértiles, de manos que se retuercen como serpientes, que se elevan sobre la arena del desierto, la que te llevó allá, gitana, viajera... con el tiempo, atado a los velos.

El rompecabezas

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Indiscutiblemente, la Vida es como un rompecabezas. Y puedo decir, con satisfacción y agradecimiento, que las piezas han vuelto a encajar. Ciertamente, estaba a punto de desfallecer... Gracias a mis padres por recibirme de nuevo. Gracias a mis amigos por estar cuando los necesitaba, gracias por entender que parte de mi no estaba acá. Pero ya estoy de nuevo, y de una vez me sacudió un remolino para recordarme que ya fue suficiente estar al lado del camino. Tengo mucho por hacer, es hora de que mis divagaciones tomen forma.

Asalto no.9

Conducías hacia la casa de mis padres. Era un dìa especial. Teníamos invitados... Llegaste, te esperaba junto a mis padres. Luego llegaron ellas, las tres morenas (la anciana, la madre y la doncella), con una bebé en brazos, que aseguraban era mi hija. Pero era muy morena para ser mi hija..., y menos tuya, que tienes la piel tan blanca. Se parecía más a ellas. En fin, la alcé en mis brazos, y la pequeña tomaba mis manos clavándome sus pequeñas uñas con todas sus fuerzas. Tú también la alzaste. Luego te fuiste al cuarto de baño. Te sumerguiste en la tina, y de pronto empezaron a salir babosas de todas partes. Yo las mataba con sal, y con una manguera lavaba sus restos. Indiferente, como siempre, te marchaste cuando decidiste que era el momento. Mi padre te defendió, hasta te dio unas monedas para que tomaras el autobús, mientras yo me preguntaba hacia dónde irías. No hablamos, como de costumbre, de las cosas importantes. Empezó a llover: tenía los ojos nublados por las lágrimas. Lloré y

Angustia

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Son tantas pérdidas en tan poco tiempo... Sin embargo (y aunque parezca increíble), mi abuelita aún vive. Entonces, no he perdido nada.

Sólo vine por una copa

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Anoche fui al cine, nada especial, una comedia romàntica: Casanova. Pero me divertí... ¿Con quién? Con Migo Misma, ¿la conocen? Bueno, el caso es que ahora soy de nuevo una niña mimada (¿alguna vez dejè de serlo?), y le pedì a mi papá que me fuera a recoger a la salida del cine. Pero tocaba esperar, ¿qué hacía mientras? Me metí al bar del Mall San Pedro, creo que se llama Fusión. Pedí un margarita, mi coctel favorito. Tocaban trova..., hasta las imágenes de los televisores estaban entretenidas... hasta que ¡zàs!, me sale el primer borracho de la noche: - (Con acento mexicano, y además, ebrio) Fíjate que yo quiero llamar a un mariachi, y dedicarte una canción, porque eres tan linda... ¿te gustan los mariachis o te gusta esta música? - (Ni contarle que adoro las serenatas) Pues, sí, me gusta la trova. Pero no, gracias, así estoy bien. - ¿Te invito? - No, gracias, ya pedí. - Mira, es que fíjate que voy a abrir un bar acá en Costa Rica, y me gustaría invitarte. - No, muchas gracias. Mirá,

Vera Drake

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Hubo algo en ese rostro que me llamó la atención... Pensaba ir a ver Capote, pero no estaba dispuesta a esperar hasta las 7 y 20 (ni volver), pero sí hasta las 4 y cuarto. Adoro ir los lunes al cine. Tengo la sala y la pantalla para m..., casi para mi sola. Londres, 1950. Me gustó cómo me ubicaron en el espacio y el tiempo. Los autos, las calles, la gente... Detalles bien cuidados. Música, actores y ambientes sobrios. Primeros planos que reflejaban las emociones. Pocas palabras. La historia de una mujer que "ayudaba a otras mujeres... a volver a sangrar... porque no podían solas". Hace unos años, no hubiera estado de acuerdo, como Sid, el hijo de la protagonista... Pero tal como lo dijo Reg, el prometido de la hermana de Sid, Ethel: - No es justo. Mi madre tuvo seis hijos. Teníamos que acomodarnos en dos cuartos. Está bien si eres rico, no si eres pobre. Los niños tienen derecho a nacer en las mejores condiciones. Y si la madre no está preparada (por más fuerza y voluntad que

Sobre el abuso a la autoridad

Ayer fui al Skatedra, el mayor evento de ska del año (no es el primero). Ganas de ir no me faltaban, pero desde la entrada me las lavaron... Naturalmente, después de presentar las entradas, me revisaron el bolso. ¡Se agradece la delicadeza! La idiota que me revisó (debería decir "requisó"), botó mi pañuelo, sacó de mi estuche de maquillaje mi delineador... ¡y lo tiró! - ¡Esto no se permite! - ¡Es sólo un lápiz! - Sí, pero no se permite. Se me empezó a regar el ácido, pero Zander me propuso que lo dejáramos en el carro... - ¡Si salen no pueden volver a entrar! - (Grrr...) Así es que se me ocurrió esconderlo en la corteza de una palma. La perra esta siguió hablando mierda y yo avancé y le dije "no jodás": nada tan grave como para alterarse. Me ha agarrado la gorda cerda del brazo, durísimo, y me ha querido sacar a la fuerza... ¡NO ES POSIBLE!!! Zander trató de soltarme, pero se metió otro de los maes de seguridad y le decía que no me tocara. La doña la agarró conmigo

Sobre El Código Da Vinci...

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"La Inquisición publicó el libro que algunos consideran como la publicación más manxhada de sangre de todos los tiempos: el Malleus Malleficarum - El martillo de las brujas-, mediante el que se adoctrinaba añ mundo de "los peligros de las mujeres librepensadoras" e instruía al clero sobre cómo localizarlas, torturarlas y destruirlas. Entre las mujeres a las que la Iglesia consideraba "brujas" estaban las que tenían estudios, las sacerdotisas, las gitanas, las místicas, las amantes de la naturaleza, las que recogían hierbas medicinales, y "cualquier mujer sospechosamente interesada por el mundo natural". A las comadronas también las mataban por su práctica herética de aplicar conocimientos médicos para aliviar los dolores del parto- un sufrimiento que, para la Iglesia, era el justo castigo divino por haber comido Eva del fruto del Arbol de la Ciencia, originando así el pecado original. Durante trescientos años de caza de brujas, la Iglesia quemó en la

El Desarme

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Sentada, acostada, me siento de alguna forma, más vieja. Me han quitado todas las armas menos una: la voluntad. Creo que tengo derecho a sentirme cansada, herida. Sobreviví a otro de esos huracanes que se te llevan el alma, las ganas, la fe. Ya he estado desnuda, no me incomoda. Pero los golpes tardan un tiempo en desaparecer. No siempre se tiene tiempo de llorar. Hay que correr, montar guardia hasta el amanecer... nunca se sabe. Tal como dijo el oráculo, el guerrero debe regresar al origen. Allí es donde encontraré de nuevo el sentido, la razón, los motivos...