Caída
Me recibió la Tierra con su cuerpo firme, y sin embargo, no hirió mi piel. Me arrastré con el dolor de la culpa, la misma de los hilos atados a las ganas de no ser. Me lancé con la esperanza, de que otros hicieran por mi el trabajo sucio. Me balanceé en el deseo de deshacerme del deseo, y de toda responsabilidad. Me pensé libre, y me sorprendió la Vida, enseñándome que me correspondía vivir.