Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta Vida

Posparto en tiempos de pandemia

Imagen
Lloré delante de todos los compañeritos de Ámbar, sus mamás, papás y cuidadores, y de su maestra. Ella me recomendó tomar Sol y agua. Así lo hice. Llevé a mis hijos al único lugar que no está cercado. Le llamamos "la lomita". Y no daré su ubicación, porque en tiempos de restricciones, basta alzar la voz para que te la tapen con una mascarilla o tapa bocas. No es fácil ser un salmón y nadar contra corriente. No es fácil ser una oveja negra en esta sociedad. Lo fácil es caminar con el rebaño, con los oídos taponeados por las estadísticas de muertes del virus en cuestión. Lo difícil es darse cuenta que fueron más los muertos por el AH1N1 y no existían este tipo de restricciones. Se acerca el 2 de agosto en un pueblo que históricamente ha sido salvado por su fé, y quieren impedirles caminar. Caminar es un ejercicio físico, oxigena el cerebro, libera toxinas, regula la respiración. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario. Para el cuerpo, para el alma, para la mente, ...

Adaptación a los cambios

Imagen
Aparecían una a una. Siempre a la misma hora, cuando ambos estábamos aún despiertos, trabajando, estudiando, a ratos compartiendo, mientras los niños dormían.  Las detesto.  Mi mamá me cuenta que cuando nací en la Carit, las cucarachas caminaban por las paredes. Ella estaba aterrorizada. Encima las enfermeras y los doctores estaban en otras. Sí, ella sufrió violencia obstétrica. Escuchó frases como: "Ahora está gritando.., ¿y cuando abría las piernas?". ¿Fuerte, no? ¿Por qué se culpa el placer? ¿Qué tiene de malo disfrutar? ¿Y por qué no se respeta un momento tan sagrado como el parto? Mi segunda experiencia traumante con las cucarachas, fue cuando, en segundo grado de primaria, hicimos un chanchito a partir de un globo, cubierto con capas de papel periódico y goma. Al final lo pinté de rosado, mi color favorito. Me llevé la desagradable sorpresa de encontrar una cucaracha en mi cuarto. Cuando mi papá la aplastó, soltó la pintura rosada... Sí, fue asqueroso. La tercera experi...

El ala derecha de Psiquiatría

Imagen
Llegué a ese punto en el que se deja de sentir. Tenía tanto cansancio acumulado, tanto estrés, tanto dolor, tantas deudas. Deudas que me provocaban ansiedad. Ansiedad que me provocaba insomnio. Insomnio que me provocaba agotamiento mental y físico. Luego las voces... mis miedos: no poder pagar la renta, las cuentas... No dar abasto con tanto. La gata despedazó el sillón en el que nos encontrábamos. Mi corazón también estaba hecho jirones. Intentando construir una historia de Amor, me sorprendió otra. ¿Tan difícil es crear una familia? Sé que él tuvo miedo, como muchos otros. Yo también he sentido miedo, pero... ¿es posible ser tan mamífera? Recuerdo en ese entonces visualizar lo que viviría tres años después: él sujetando un bebé entre sus brazos, vestido con bata de hospital. Cuatro. Cuatro. Cuatro. Ahora somos cuatro. En esa época éramos dos, intentando ser tres. Con espacio de sobra. Espacio para las sombras. Espacio para los fantasmas, para ver su silueta acercarse a la orilla d...

¿Y ahora qué?

Soy un ave. ¿O una mariposa? No, soy un ave. Un ave fénix. Y de nuevo muriendo para volver a nacer. Preguntándome por qué me es tan difícil ser yo en esencia. Podría culpar a mi padre. Podría. Pero no se trata de una cacería en la que busque culpables. La única responsable de mi Vida soy yo. Nadie más. No me queda más que SER. Finalmente. No necesito las máscaras. Yo misma me las he puesto para caminar entre las instituciones a las que tanto detesto. Soy artista. Aunque me lo niegue se me sale por los poros. Me pronostican 5 años para ser bailarina. Pero esto no se trata de una competencia. Hay artistas que lo siguen siendo después de los 90. Sólo quiero ser y fluir.

Dejar fluir

Imagen
Decido dejar fluir. Dejarlo fluir. Dejarme fluir. Me vi al espejo recordando, leyendo momentos, sensaciones, sentimientos vividos. Dicen que recordar es revivir. Y ya ha pasado mucho tiempo como para que yo siga esperando en el marco de la ventana. Mejor salgo por la puerta, a respirar nuevos aires, a dejarme acariciar por el sol, a dejar que el amor suceda.

Caída

Imagen
Me recibió la Tierra con su cuerpo firme, y sin embargo, no hirió mi piel. Me arrastré con el dolor de la culpa, la misma de los hilos atados a las ganas de no ser. Me lancé con la esperanza, de que otros hicieran por mi el trabajo sucio. Me balanceé en el deseo de deshacerme del deseo, y de toda responsabilidad. Me pensé libre, y me sorprendió la Vida, enseñándome que me correspondía vivir.