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Mostrando las entradas de enero, 2012

Muda de palabras

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A veces me quedo muda de palabras. A veces las palabras se las lleva el viento. A veces mis musas se sientan a peinarse los cabellos, y no están para escuchar ni mis silencios. A veces siento ganas de llorar, aunque no tenga agua por dentro. A veces, sin decir cómo, dónde ni cuándo, me apagan la luz, me cortan el teléfono, y la telepatía. A veces quiero congelar instantes, a veces me congelo en el tiempo.  

Abuela, Madre, Doncella

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© Amy Swagman, 2010 - www.themandalajourney.com

Soul on Fire

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by Tom Peifer “So fine, yeah, send those chills up and down my spine.” Transitions seem to draw our attention in myriad ways. Sunsets. The multi-colored leaves of autumn in some climes. The first rains and ensuing rebirth of green across the fields and forests of Guanacaste. We seem transfixed by all, even reveling in the symbolic death and birth of the man made unit called a year on our calendar. I guess it’s as good an excuse as any to roll up the rug and put on your dancing shoes. Along with a couple hundred other lucky souls, I surfed into 2012 at Hotel Playa Negra, swept along on pulsating river of R&B music, courtesy of Miss Sasha Campbell and the Groovemakers. Faithful readers of the Howler may remember an interview I did with Sasha several years back, after she sang at the wedding of some friends in the same venue, under the same palm thatched rancho. (See “Distant Soul”, The Howler ???) At the time, transition was the name of the game for the young struggling a

Ausencia

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La tarde cae, y deja que sus últimos rayos acaricien los cristales de mi ventana. Bajo las sábanas, me refugio en la almohada, imaginando un cuerpo cálido que me abraza... que nos abraza. Imagino el roce de unos labios humedeciendo cálidamente los míos. Aunque no lo diga, aunque lo guarde para mi, la palabra que está tatuada debajo de mi piel es NECESITO. Necesito una caricia pálida a lo largo de mi espalda. Necesito que me estrechen fuertemente contra sí. Necesito sentirme querida, protegida, amada. Ya lo dije. Lo admito. Sin miedo a nada, ¿por qué habría de temer decir lo que siento? ¿Por orgullo? No. El orgullo endurece. Y lo que más necesito ahora es suavizarme, dejarme ir, derretirme. Me levanto con la dificultad que da el peso de los ocho meses de llevar a mi beba en mi vientre. Estoy agotada: no dormí en la madrugada. Quiero un vaso de leche fresca con chocolate. Serotonina para el alma. Sustituto temporal (y deseo pensar que es temporal). La tarde está fresca, y el Cerro d

Resolver

( Del lat. resolvere ; de re, y solvere , soltar, desatar). 1. tr. Tomar determinación fija y decisiva. 2. tr. Resumir, epilogar, recapitular. 3. tr. Desatar una dificultad o dar solución a una duda. 4. tr. Hallar la solución de un problema. 5. tr. Deshacer, destruir. 6. tr. Dicho de un agente natural: Deshacer algo cuyas partes separa destruyendo su unión. U. t. c. prnl. 7. tr. Analizar, dividir física o mentalmente un compuesto en sus partes o elementos, para reconocerlos cada uno de por sí. 8. tr. Mús. Llevar a efecto una resolución ( ? paso de un acorde a otro). 9. prnl. Decidirse a decir o hacer algo. 10. prnl. Dicho de una cosa: Reducirse, venir a parar en otra de menor importancia en relación con lo que se creía o temía. 11. prnl. Med. Dicho de las enfermedades, y en especial de las inflamaciones: Terminar, ya espontáneamente, ya en virtud d

Respirar

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El primer día del año, recibí la mejor lección que puedo haber recibido: respirar. Amo el Mar, me siento en mi elemento cuando estoy adentro. Acostumbro decir que podría quedarme allí adentro, sin volver a tocar Tierra... Conversaba con mi amiga Melissa, mientras el Sol desaparecía en el horizonte marino: perdimos la noción del tiempo, y del espacio. De no ser porque ella me dijo: "No toco fondo", no me hubiera percatado de ello. Sin detenerme a comprobarlo, le contesté: "Nademos con las olas". Fue lo que me dijo mi lógica. Nadamos de frente, sin saber que lo recomendado, en estos casos, es nadar en diagonal. La corriente nos siguió jalando en la dirección contraria, hasta que nos cansamos de nadar. Mi amiga gritó por ayuda, con los ojos muy abiertos a pesar de la sal. Yo me concentré en flotar. Afortunadamente, había un grupo de chicos  cerca, y pronto nadaron en nuestra dirección. Mi amiga les gritó que me ayudaran a mi primero, porque estoy embarazada. Dos