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Mostrando las entradas de febrero, 2006

A que sí, a que no, a que vos, a que yo...

También acostumbro sacar la lengua. Así que se la saqué a mi primo. El: ¿Cuántos años tienes? Yo: ¡Menos que vos! El: ¡Se nota! Me lo topo de frente en el baño y le vuelvo a sacar la lengua. El: ¡Te la voy a cortar! Yo: ¡No! ¡La necesito! ¡Y ni te cuento para qué...! El: ¡Ni quiero saber! Horas después, me vinieron a recoger en moto. Salí, minutos después, y sólo estaba el dueño de la moto con su casco... Yo: ¿Y la moto? El: Tu primo anda dando una vuelta. Y la veo venir, mi primo conduciéndola, en panta, suéter con gorro, sonrisa de oreja a oreja, baja y sube la cuesta, sube y baja la cuesta... Al final... ¿quién es más güila? ¡carajo!

Asalto no. 6

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No acostumbro tender la cama. Sinceramente, me da pereza. Pero que mi cama se vengue de mi, esto ya es demasiado... Trataba de desenredarme de las sábanas, cobija y colcha que me abrigan cada noche y no lo lograba. Mientras, tú estabas de pie, frente a mí, mirándome, sin ayudarme a deshacerme de mis propias cobijas, que no me dejaban levantarme. Estarías muerto de risa, aunque parecías indiferente, mientras seguías hablándome y yo no me detenía en la lucha. Era una pesadilla. De hecho, te llamé para contarte y reírnos juntos de mi pesadilla. Pero cuando pretendí llamarte logré desembarazarme de mis cobijas: era la una de la mañana. Me puse mi buzo de dormir y me sedé con un par de Panadol antigripales.

Viéndole la cara a la Muerte

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Coquetear con la Muerte no es lo mismo que topársela de frente.

Trick or treat?

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Es más difìcil partir el corazón que compartirlo.

Abuelita

Viendo así, tus ojos, cansados, tu respiración, lenta, tu quijada, caída... Quisiera saber adónde se fueron tus palabras, tu humor, sarcástico, tus consejos, claros, concisos y sabios. Tus manos aún aprietan fuerte las mías. Y me pregunto, si volverás a ser la misma, aunque sea por un instante. Aquello que te permite soportar el dolor, es lo mismo que te apaga la Vida. Al menos, según dices, te acompañan unos "chiquitos". Espero te hagan buena compañía, porque no sé si percibes la mía. Yo sé que, de alguna manera, lo sabe tu corazón.

Asalto no. 5

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Esa noche cenaba en mi casa junto a varias personas, entre ellas, Gabriel García Márquez. Le enseñaba una de las poesías que había escrito, y él hacía las observaciones del caso. Viniendo de él, bien recibidas, claro. La televisión estaba encendida, y como aún estábamos en campaña electoral, los políticos no dejaban de enseñar sus caras a través del cubo... Pero lo que vi no me lo esperaba... ¡Frida Kahlo por Liberación! ¿En qué momento dejó de ser comunista? Socialista también fue... pero esto ya era demasiado. Lucía radiante... ¡lo que hacen las cámaras! Pero bueno,aún estaba joven, eso no había que desmeritarlo. Me fui a mi habitación, donde estaba acostada mi pareja. Estaba enferma. Me acerqué a enseñarle mi poema. Ella lo leyó. Y me dijo: Mira, esto no es para mí, se dirige a "él" y no a mí. Yo no pude responderle. Ya había aclarado y era hora de levantarse.
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Hasta que el cuerpo aguante...

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Todo lo que quiero es bailar hasta que amanezca. Tomar hasta más no poder. Sin perder de vista el piso para no dejar de bailar. Sentir respiraciones, pieles, sudores. Devorar ojos, con todo y córnea y ramificaciones nerviosas. Desaparecer diez centímetros más arriba. Subirme a la barra. Mover las caderas. Ahogar el grito. Balancearme en el culo de una botella. Saltar sobre la mesa. Girar sobre la silla, dar vueltas en el tubo, perder las prendas, deshacerme de nuevo de mis fantasías, que finalmente lo único que existe es esta noche.

Y los días pasan...

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El dolor es como esas comidas que no se pueden digerir...

Belly Dance

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Todos tendremos nuestras pasiones (incluyendo las bajas), y quien no las tenga está muerto en Vida. No sé precisar desde cuándo ni cómo, pero Medio Oriente me atrae, de cierta forma, y bailar, desde que tengo memoria. Tenía curiosidad, y antes de que la curiosidad me matara lo intenté, y ahora, fielmente, una vez por semana (por ahora), estoy moviendo las caderas junto a otras señoras (una de ellas podría ser mi abuela) y muchachas, que, sin nacer en alguno de los países de árabes, sintieron la misma curiosidad. Hay algo en esa música, en ese tintineo, en los velos, en los movimientos, que me llama. Y me encanta. Punto. Y bueno, espero que en algún momento baile no sólo en clases ... ni sólo frente al espejo...

La caricia perdida

Se me va de los dedos la caricia sin causa, se me va de los dedos... En el viento, al pasar, la caricia que vaga sin destino ni objeto, la caricia perdida ¿quién la recogerá? Pude amar esta noche con piedad infinita, pude amar al primero que acertara a llegar. Nadie llega. Están solos los floridos senderos. La caricia perdida, rodará... rodará... Si en los ojos te besan esta noche, viajero, si estremece las ramas un dulce suspirar, si te oprime los dedos una mano pequeña que te toma y te deja, que te logra y se va. Si no ves esa mano, ni esa boca que besa, si es el aire quien teje la ilusión de besar, oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos, en el viento fundida, ¿me reconocerás? Alfonsina Storni (22 de Mayo de 1880 - 25 de Octubre de 1938) «me llamaron Alfonsina, que quiere decir dispuesta a todo».

Duelo

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-Es curioso, pero cuando una deja de llorar, sigue llorando por dentro...