Experiencia Nocturna

Noche estrellada, Vincent Van Gogh (uno de mis artistas favoritos).

No hay tanta quietud y calma como en la noche. El aire suave, los aromas misteriosos, las imágenes ocultas.

En ninguna otra hora del día se siente lo mismo. Camino y me siento parte de la noche. Liviana, volátil, imperceptible y a la vez profunda.

En la noche soy la dueña del tiempo. Le pertenezco a la noche y ella le pertenece a mi. Soy polvo de estrellas, césped humedecido por las primeras horas de la madrugada, pecho agitado, cantar de grillos, palidez de Luna, sirena varada, hada nocturna.

Me envuelvo en los aceites de la noche... me pierdo. El viento silba suavemente, y yo me elevo. Mi piel es más suave y también más fría.

Mis cabellos no cubren ya mi cuello: se los lleva el viento. Me deslumbra el brillo en medio de la oscuridad. Entonces soy luz. Y canto. Le canto a la luz de la noche que me hace libre. Libre de andar sus caminos, de penetrar sus misterios. Me hago una con la noche, que me llevó a hacer este viaje, más allá de la piel.