Día 7



Hoy no hay lágrimas. Pero sí una sensación agridulce. Sí sabías a chocolate, pero a chocolate amargo. También tenías algo de embriagante. No lo niego.

Dejarte ir no fue fácil. Dejarme ir no fue fácil. Pasará un tiempo para que pueda verte de nuevo a los ojos, sin desear que brillen al verme.

Estos vientos huracanados arrasaron con todo. Sólo espero que tu recuerdo sea dulce. Y que me haga sonreír tanto como tu llegada.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Aguacero

La Chaskañawi

Destello