36
A tres días de mi cumpleaños número 36, me siento una mujer más segura, más empoderada de mí misma, definitivamente más fuerte y con más agallas para enfrentar lo que venga. Y todo esto se lo debo definitivamente a mi pequeña maestra. No soy la misma mujer desde que soy mamá, y sé que la aventura apenas empieza, pero también estoy consciente de que he vivido un proceso de transformación increíble. Me dejó de importar lo que diga y piense la gente de mi, que de todas formas ya lo cantaba a gritos cuando tenía 15. Por primera vez puedo llamarme productora audiovisual sin que se refiera sólo al título. Estoy trabajando en tener un título que dejé pendiente hace años, por miedo de enfrentarlo, y también por esa mala palabra que no existe en mi vocabulario que se llama pereza. Estoy enfocada en lo realmente importante, y me siento orgullosa de ello. He estado tan enamorada de mi beba y de mí misma, que se me olvidó un poco lo que era amar a alguien más, incluso desear a alguien más...