El valor de lo simple
Anoche salí con mi primo y sus hijas. Le propuse que fuéramos al cine. El en cambio me dijo que iríamos a San José, a la Avenida Central. En el fondo pensé "para qué?", y le dije: bueno, la verdad es que a mi San José no me gusta, pero bueno, yo lo que quiero es verlos y estar con ustedes.
No adivinaba las intenciones de mi primo aunque ya estábamos en San José, cuando lo vi acercarse a un vendedor ambulante para comprarle bolsas de confetti. Pensé por un momento en mi peinado de salón y simplemente me amarré el pelo en un moño. En unos minutos, con la bolsa de confetti en mano, empecé a disfrutar del placer de tirarle confetti al más despistado o despistada. Mis primas corrían en media Avenida tirándose confetti entre ellas, y cuando las percibieron (jamás pasarían desapercibidas), se convirtieron en blancos del confetti. Salada la que abría la boca porque comía confetti. A ojos cerrados era mejor caminar, porque no es nada fácil sacarse los papelitos de los ojos enrojecidos, menos cuando te están tirando más confetti encima!!! Salada la mayor de mis primas, que le llenaron la blusa de confetti gracias a su pronunciado escote... Y mi primo, definitivamente es un niño grande. No dejaba de correr detrás de los más pequeños aunque ya no estábamos en la Avenida Central, sino frente a la tarima en la Plaza de la Cultura, donde "cantaba" el desafinado de Erick León, que por serlo, no dejó de recibir confetti en la boca (aaaaah, no es pretexto para desafinarse...)
Cuando se acabó la diversión, no pude ser más feliz cuando me dijeron que iríamos a comer Ja Kao' s (qué delicia...). Si no los han probado, se los recomiendo...
No adivinaba las intenciones de mi primo aunque ya estábamos en San José, cuando lo vi acercarse a un vendedor ambulante para comprarle bolsas de confetti. Pensé por un momento en mi peinado de salón y simplemente me amarré el pelo en un moño. En unos minutos, con la bolsa de confetti en mano, empecé a disfrutar del placer de tirarle confetti al más despistado o despistada. Mis primas corrían en media Avenida tirándose confetti entre ellas, y cuando las percibieron (jamás pasarían desapercibidas), se convirtieron en blancos del confetti. Salada la que abría la boca porque comía confetti. A ojos cerrados era mejor caminar, porque no es nada fácil sacarse los papelitos de los ojos enrojecidos, menos cuando te están tirando más confetti encima!!! Salada la mayor de mis primas, que le llenaron la blusa de confetti gracias a su pronunciado escote... Y mi primo, definitivamente es un niño grande. No dejaba de correr detrás de los más pequeños aunque ya no estábamos en la Avenida Central, sino frente a la tarima en la Plaza de la Cultura, donde "cantaba" el desafinado de Erick León, que por serlo, no dejó de recibir confetti en la boca (aaaaah, no es pretexto para desafinarse...)
Cuando se acabó la diversión, no pude ser más feliz cuando me dijeron que iríamos a comer Ja Kao' s (qué delicia...). Si no los han probado, se los recomiendo...
Comentarios
Un beso, con el deseo de que tengas felices fiestas!
:)
En fin, una lluvia de confetti siempre es bienvenida....
(bueno el blog, pasaré a leerlo seguido. Saludos).