Tierra

Para conectarse con la Tierra hace falta crear la conexión. La traemos. No es casual que hayamos elegido encarnar en este mundo. 

La Tierra es una madre generosa, abundante, próspera, fértil. Basta con observar la naturaleza para comprenderlo. Tenemos que sanar esa conexión con nuestra madre, la Pachamama, Gaia, como también le llaman.

Donde vivo, pasa el camión de reciclaje. Guardo todo lo que se puede reciclar. Reutilizo lo que puedo reutilizar. Aún no tengo espacio para sembrar, pero tengo plantas en macetas. 

Mi abuelita paterna era maravillosa con las plantas. Tenía un conocimiento profundo de sus usos y sus cuidados. Sabía cuándo debía podarlas. Conversaba con ellas. Su patio y su jardín siempre se mantuvieron hermosos y bien cuidados.


Éste es un tiempo maravilloso para sembrar, para volver a la Tierra. Sembrando honramos a este gran espíritu que nos provee los alimentos y las medicinas. Y no necesitamos comprarlos. Podemos compartirlos con nuestros vecinos, o venderlos, o encontrar en la jardinería un oficio sano en tiempos en los que nos mandan a quedarnos en casa...

Mi compañero y mi bebé son elemento tierra, y sentí esa energía muy fuerte cuando estuve embarazada de Leo. Concretar, materializar, planificar, ordenar. Todos verbos importantísimos para lograr nuestros sueños. Primero tenemos ideas (aire), les damos forma (fuego), luego las ordenamos, las planificamos y las materializamos (tierra), y por último, dejamos fluir las cosas (agua).

Mucho que agradecer a este elemento tan sagrado que nos nutre, nos aterriza y nos acompaña durante este viaje que eligieron nuestras almas.

Fotos: Sergio Cantillo - Malavassi



 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Aguacero

La Chaskañawi

Sólo vine por una copa