El tiempo
Me atreví a asegurar que para mi el tiempo no existe. Y sin embargo, tengo un horario de trabajo de lunes a viernes. Tengo que levantarme a una hora determinada (casi nunca lo logro), para llegar a una hora predeterminada a trabajar. Tengo clases los lunes y los miércoles a las 8:00 p.m. Doy clases los jueves a las 7:00 p.m. y los sábados a las 11:00 a.m., hora que, como el conejo blanco, en ocasiones me cuesta alcanzar. Bueno, eso podría explicar en parte, mi afirmación de que el tiempo no existe para mi, pero ese no es el punto. El punto es que el tiempo es una medida para organizarnos, o para estresarnos, si permitimos que nos encadene el reloj que muchos llevamos en la muñeca izquierda.
Creo que la gente que vive sin contar el tiempo es más feliz, tienen más paz. La Vida está hecha de momentos. Y momentos como un beso, un abrazo, sumergirse bajo el agua, ver sonreír a un niño, correr sin rumbo fijo, reír a carcajada limpia, ver un atardecer, hacer el amor, bailar... no tienen tiempo. De eso se trata el tiempo místico, en el que se pierde la conciencia del tiempo... Perdámonos más, quizás sea la forma de encontrarnos.
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