Cambio Radical 2

Sigo viendo el programa martes a martes (tengo que hacer algo diferente con mis martes). La gente que se somete a cirugías parece ser feliz después del cambio. Lo que me hizo pensar que soy realmente afortunada. Después de ser una niña gordita, me sorprendieron las formas que adoptó mi cuerpo al transformarme en una adolescente. Como todas, con sus complejos. Pero verme a un espejo a los 11 años y verme bonita por primera vez, fue todo un hallazgo. No dejaba de verme al espejo. Al punto que mis papás me tapaban el espejo de mi cómoda con el cuento de que me iba a salir el Diablo (no sospechaban que ya lo llevaba dentro).

El hecho es que verme y sentirme bella, como mujer, es maravilloso. Disfrutar de mi cuerpo y darme cuenta que puedo hablar a través de él, al bailar, al caminar, al hacer el amor..., es incomparable. Entonces creo que ahora puedo entender las sonrisas de la gente que se somete a un cambio físico a través de un programa de televisión.

Sentirse bien con nuestro cuerpo es importante. Pero más importante aún, es sentirse bien con nuestra alma y nuestro espíritu. Es donde puedo encontrarme varias cicatrices, y dónde me veo y me encuentro más débil. Sin embargo, no me sometería a cirugía ante las manos de un desconocido psicólogo nuevamente. Por qué? Porque si no funcionó antes, no creo que funcione ahora. Creo más en el autoanálisis, la autoayuda (y tampoco hablo de los libros). A partir del reconocimiento de que algo anda mal, el actuar y la fuerza de voluntad son armas propias que no te dará nadie. Definitivamente sólo una sabe lo que siente y cómo encausarse, sin desmeritar el trabajo de los profesionales. De lo que sí estoy segura, es de que necesito un cambio. Queda mucho por perdonar, por reconstruir, por sanar.

Mujer llorando, 1999
Oleo sobre lienzo
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