Reflexiones sobre la Independencia...
Hace unos días estaba de compras en el Más por Menos, y, aunque no tenía mucho dinero, tuve la intención de comprar un adorno alusivo al 15 de setiembre para ponerlo en mi puerta. Pensé que se vería bonito. Luego pensé: "un momento, ¿qué es lo que estamos celebrando?".
No creo que seamos realmente INDEPENDIENTES. Se ha discutido mucho acerca de nuestra identidad nacional. Y no está de más.
Desde antes de la época precolombina hemos sido un lugar de paso. Somos interculturales por naturaleza. Y eso está bien. Enriquece nuestra cultura: lástima que seamos tan xenofóbicos, y no sepamos valorarlo.
Lo difícil para mí es saber cómo nuestras cabecitas están llenas de ilusiones del Norte del continente, ser como ellos, parecernos a ellos, tener las cosas que tienen: esas casas, esos lujos, esa forma de comer rápidamente, esos "maravillosos" estilos de vida.
Yo trabajé en un hotel de playa durante siete meses y tuve la oportunidad de conocerlos más de cerca. Y créanme que no todos son felices. Trabajan duramente, por no decir como esclavos a lo largo de un año, para tener una semana libre de vacaciones en un hotel cinco estrellas de un país del Trópico. Y, ciertamente tienen mucho dinero para derrochar, pero no la paz para disfrutarlo. Están tan estressados, que no son capaces de disfrutar de un atardecer frente a la playa. Se emborrachan hasta el cansancio, y estoy segura de que no les da tiempo de recuperarse de la goma, antes de regresar a sus trabajos. Se separan de sus hijos con quienes no han tenido la oportunidad de compartir a lo largo del año, para dejarlos a cargo de personas que no conocen. Se irritan fácilmente...
Una tarjeta de crédito Gold no compra nuestra felicidad.
Ni el querer parecerse a otros nos hace libres.
No creo que seamos realmente INDEPENDIENTES. Se ha discutido mucho acerca de nuestra identidad nacional. Y no está de más.
Desde antes de la época precolombina hemos sido un lugar de paso. Somos interculturales por naturaleza. Y eso está bien. Enriquece nuestra cultura: lástima que seamos tan xenofóbicos, y no sepamos valorarlo.
Lo difícil para mí es saber cómo nuestras cabecitas están llenas de ilusiones del Norte del continente, ser como ellos, parecernos a ellos, tener las cosas que tienen: esas casas, esos lujos, esa forma de comer rápidamente, esos "maravillosos" estilos de vida.
Yo trabajé en un hotel de playa durante siete meses y tuve la oportunidad de conocerlos más de cerca. Y créanme que no todos son felices. Trabajan duramente, por no decir como esclavos a lo largo de un año, para tener una semana libre de vacaciones en un hotel cinco estrellas de un país del Trópico. Y, ciertamente tienen mucho dinero para derrochar, pero no la paz para disfrutarlo. Están tan estressados, que no son capaces de disfrutar de un atardecer frente a la playa. Se emborrachan hasta el cansancio, y estoy segura de que no les da tiempo de recuperarse de la goma, antes de regresar a sus trabajos. Se separan de sus hijos con quienes no han tenido la oportunidad de compartir a lo largo del año, para dejarlos a cargo de personas que no conocen. Se irritan fácilmente...
Una tarjeta de crédito Gold no compra nuestra felicidad.
Ni el querer parecerse a otros nos hace libres.
Comentarios
Hudson.
Su gente también conoce gente pobre dentro de su mismo país, su país toma malas decisiones, su país no supo enfrentar de la manera esperada los estragos de Katrina en Nueva Orleans...
El nuestro parece un circo, ¿quién paga por entrar a la carpa?
Ojalá y los payasos de la Asamblea contaran buenos chistes... pero ni eso.
Hay gringos de gringos, pero igual, ellos gastan más dinero en montañas rusas que lo que Nigeria necesita para alimentar durante un mes a cada niño del país.
Yo creo que la independencia está dentro de cada uno de nosotros y a pesar de que muchos quieren imitar a los del norte, estoy seguro que prefieren el estilo de vida del tico.