Posparto en tiempos de pandemia
Lloré delante de todos los compañeritos de Ámbar, sus mamás, papás y cuidadores, y de su maestra. Ella me recomendó tomar Sol y agua. Así lo hice. Llevé a mis hijos al único lugar que no está cercado. Le llamamos "la lomita". Y no daré su ubicación, porque en tiempos de restricciones, basta alzar la voz para que te la tapen con una mascarilla o tapa bocas. No es fácil ser un salmón y nadar contra corriente. No es fácil ser una oveja negra en esta sociedad. Lo fácil es caminar con el rebaño, con los oídos taponeados por las estadísticas de muertes del virus en cuestión. Lo difícil es darse cuenta que fueron más los muertos por el AH1N1 y no existían este tipo de restricciones. Se acerca el 2 de agosto en un pueblo que históricamente ha sido salvado por su fé, y quieren impedirles caminar. Caminar es un ejercicio físico, oxigena el cerebro, libera toxinas, regula la respiración. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario. Para el cuerpo, para el alma, para la mente, ...