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Mostrando las entradas de julio, 2020

Posparto en tiempos de pandemia

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Lloré delante de todos los compañeritos de Ámbar, sus mamás, papás y cuidadores, y de su maestra. Ella me recomendó tomar Sol y agua. Así lo hice. Llevé a mis hijos al único lugar que no está cercado. Le llamamos "la lomita". Y no daré su ubicación, porque en tiempos de restricciones, basta alzar la voz para que te la tapen con una mascarilla o tapa bocas. No es fácil ser un salmón y nadar contra corriente. No es fácil ser una oveja negra en esta sociedad. Lo fácil es caminar con el rebaño, con los oídos taponeados por las estadísticas de muertes del virus en cuestión. Lo difícil es darse cuenta que fueron más los muertos por el AH1N1 y no existían este tipo de restricciones. Se acerca el 2 de agosto en un pueblo que históricamente ha sido salvado por su fé, y quieren impedirles caminar. Caminar es un ejercicio físico, oxigena el cerebro, libera toxinas, regula la respiración. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario. Para el cuerpo, para el alma, para la mente, ...

Adaptación a los cambios

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Aparecían una a una. Siempre a la misma hora, cuando ambos estábamos aún despiertos, trabajando, estudiando, a ratos compartiendo, mientras los niños dormían.  Las detesto.  Mi mamá me cuenta que cuando nací en la Carit, las cucarachas caminaban por las paredes. Ella estaba aterrorizada. Encima las enfermeras y los doctores estaban en otras. Sí, ella sufrió violencia obstétrica. Escuchó frases como: "Ahora está gritando.., ¿y cuando abría las piernas?". ¿Fuerte, no? ¿Por qué se culpa el placer? ¿Qué tiene de malo disfrutar? ¿Y por qué no se respeta un momento tan sagrado como el parto? Mi segunda experiencia traumante con las cucarachas, fue cuando, en segundo grado de primaria, hicimos un chanchito a partir de un globo, cubierto con capas de papel periódico y goma. Al final lo pinté de rosado, mi color favorito. Me llevé la desagradable sorpresa de encontrar una cucaracha en mi cuarto. Cuando mi papá la aplastó, soltó la pintura rosada... Sí, fue asqueroso. La tercera experi...