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Este Año no voy a escribir lo que me propongo, lo sé, lo tengo presente en mi corazón y trabajo por ello todos los días.

Eso sí, daré las gracias, por un año más de aventuras, experiencias, aprendizajes y momentos compartidos.

Este Año retomé la tesis, un proyecto que he abandonado una y otra vez. Tiempo de cerrar ciclos. Este Año mi hija entró al mejor centro educativo en el que puede estar. Este Año finalizo un ciclo laboral y empiezo otro. No estoy ansiosa, ni tengo miedo, tengo la tranquilidad y la certeza de que todo saldrá bien y de que otras puertas se abrirán.

Elegí una y otra vez al hombre equivocado, y me di cuenta de que aún tengo cicatrices por sanar, así que, con la disciplina que algunos tienen para el gimnasio, me he dedicado a fortalecer mi corazón.

Formo parte de maravillosos círculos de mujeres en los que sanamos en conjunto, nos empoderamos y aprendemos unas de otras. Es una de las cosas que me fortalece más.

El yoga ha vuelto a mi y yo a él, y me ha hecho bien tanto al cuerpo como al alma.

Recibí dos regalos perfectos en mi cumpleaños: un libro para manejar mis finanzas y reprogramarme y unos audífonos. Al primero le estoy abriendo mi mente y mi corazón. El segundo es para no escuchar lo que no es necesario escuchar. Es una forma de ponerme esa piel de foca que me protege. Tomo lo bueno que la Vida me da, lo demás lo dejo ir.

Este Año me tocó pasar el día de mi cumpleaños en cama, cuidándome, curándome. A veces es necesario tomar una pausa, y el cuerpo te pide detenerte y meditar.

Doy gracias por el Aquí y el Ahora, y por todo lo que está por venir. Recibo en mi Vida el Amor, la Paz, la Confianza, la Abundancia y la Prosperidad. Y pido tener las herramientas para acercarme más a la misión que elegí para aportar al Universo.

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