Aunque el Amor no sea Amado

- Vos no estabas así en abril... -me dijo señalando mi vientre- ¿fue en el Acapulco que nos vimos? ¿O aquí en la Compa?

- No se nota desde el principio - le dije, estupefacta.

Se volvió hacia su acompañante, y riéndose, le dijo:

- Ay, qué dura es la Vida para las madres solteras...

Me senté a esperar a mi amiga mientras ella recogía junto a sus compañeros todas las cosas de la presentación. Acababa de bailar en el mismo escenario, con fuego, como si tratara de exhumar aquel lugar... Como mi amiga se tardaba, recogí mis cosas, y como si se tratara de una escena ensayada, me paré debajo de la luz principal, y le dije:

- Probablemente no sea fácil, pero nosotras podemos, aunque el Amor no sea Amado.

- Ese bebé va a ser muy amado - me contestó, con cara de asombro.

- Ya lo es, ya lo es - le respondí, acariciando mi vientre, y me marché sobre mis pasos.


Esa ha sido mi Vida como madre soltera: marchar sobre mis pasos, adelante, siempre adelante, recordando a cada instante el consejo de mi mejor amiga: un día a la vez. Hubo momentos en los que necesitaba un abrazo, o sencillamente alguien que me ayudara con las bolsas de las compras. Deseaba compartir esos momentos en los que el Amor crecía dentro de mi, llenando hasta las esquinas. Yo necesitaba que el padre de mi hija estuviera conmigo en el momento en el que ella vendría al mundo. No fue casual que pasaran una, dos, tres noches de labor de parto, y ella se negara a salir...

Sin embargo, y a pesar de mi telenovela, como suelo llamarle, disfruté muchísimo de mi embarazo. A pesar de que pasé meses sin trabajo, de que añoraba más amor que nunca, de que mi padre se fue de la casa como si yo fuera una quinceañera que hubiera manchado la honra de la familia en el siglo XIX... me dejé fluir, como el río, y me dejé envolver del útero astral que me protegía mientras tuve el privilegio de sentir dos corazones latiendo dentro de mi.

Mis amigos y mis amigas fueron lo más valioso que tuve en ese momento. Y lo siguen siendo. Me hicieron sentir apoyada, acompañada y respetada.

Ahora veo hacia atrás, y me siento una mujer cada vez más fuerte, más libre, más madura. Pienso más las decisiones que voy a tomar porque pienso en mi hija y en mi, y en qué es lo mejor para ambas. Me he organizado mejor con mi Vida, y atraigo hacia mi el trabajo, la prosperidad, la dicha y la felicidad. Ámbar es mi luz, la luz que ilumina mi Vida, la maestra que llegó cuando esta discípula estaba lista para abrir su corazón. El Amor todo lo mueve, y esto lo sabemos muy bien las que hemos tenido la maravillosa oportunidad de ser madres.


                                                                 Foto: Dante Paredes

Comentarios

Anónimo dijo…
Gracias por este post! Ahora mismo me viene como un soplo de aire fresco. Bendiciones para ti y tu niña!. Un abrazo
Vania B. dijo…
Hermoso post, querida Cristi. Los hijos siempre llegan en el momento preciso.
Anónimo dijo…
Qué belleza, también fui madre soltera y qué lindo lo que se dice aquí de los amigos, me gustó mucho.
Anali dijo…
Me gustó mucho tu post! Sigue escribiendo cosas asi

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