Suficiente
Era la hora del desayuno. De unos años para acá, él acostumbra levantarse de malas. Cualquier excusa es buena: el clima, el insomnio, que no le sirvan del lado que alumbra el Sol, que la ventana esté abierta...
Son tres. Padre, madre e hija. La madre en la cocina, la hija desayunando, el padre o sus quejas recién levantándose.
P- ¿Dónde está el lapicero rojo? (Grita) Anoche lo dejé justo aquí (golpeando la mesa). (A la madre) ¿Dónde está el lapicero rojo? (A la hija) ¿Por qué tu madre SIEMPRE tiene que estar moviendo las cosas de dónde las pongo?
La madre no responde, está sumergida en un limbo desde hace dos meses, que ahora en los libros y en la televisión llaman por el nombre de depresión.
H- No le hables así, por favor, por eso es que se deprime.
P- No es por eso, es por otras cosas.
M- (Saliendo del limbo) ¿Entonces por qué otras cosas?
P- ... (Cambia de tema y sigue buscando el lapicero rojo).
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