Nombre

Tener un nombre tan cristiano es toda una responsabilidad. Pero para ser sincera nunca me lo he tomado como tal.

Mi madre quería que me llamara Penélope. Y como la Vida está llena de absurdos me encontré un Ulises en una parte de mi historia. Pero no soy buena para sentarme a bordar y esperar... También quería que me llamara Andrómeda, pero tampoco soy buena para jugar de inalcanzable.

Mi padre quiso ser creativo y se dedicó a la tarea de inventarme un nombre. Mi nombre es el resultado de la fusión de los nombres de mis dos tías abuelas, las tías favoritas de mis padres. Mi tía abuela paterna se llamaba Deo Cristi, que significa Dios Cristo, en latín, así es que Padre e Hijo de una. Isabel era el nombre de la tata, la tía preferida de mi madre, el nombre de la mensajera. Toda una trilogía, resulté siendo. Cada quien lo toma como quiere. Así es que decidí tomarme la Vida con tranquilidad, como este tipo que andaba relajado por la Vida, redescubriendo en cada ser humano un ser maravilloso, disfrutando los momentos y compartiéndolos, amando, aprendiendo y escuchando. Con la percepción de que todos somos dioses, y con la capacidad de creer locuras y encima apoyarlas como lo hizo doña Isabel.

Comentarios

Lay dijo…
yo me iba llamar Nayiba o indira pero se les ocurrio llamarme Layla!!

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