A mis amantes

Bajo todas las capas de mi piel,
en lugares que quizá no se atrevieron a descubrir,
por encontrarse demasiado profundo,
porque no se alcanzan con las yemas de los dedos,
ni los capta la pupila,
guardo agridulces recuerdos,
de momentos compartidos,
de miradas cómplices,
asaltos,
juegos de infantes,
que se redescubren al dejarse ser,
al reconocerse animales,
esenciales.

Les dedico esta perla
que se asoma al borde del arco de mis pestañas,
una canción, que nunca supe entonar,
una caricia, sin tocar la piel,
un suspiro al oído,
el recuerdo que despierta la lluvia al caer,
una carcajada al aire, suspendida,
como el instante en el que se detuvo el tiempo,
y nos advertimos inmortales.

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Comentarios

Franklin dijo…
Esta vez brindo con Bayleys por esos momentos que a veces parecieran diluirse en el tiempo, y de repente, alguien te los recuerda de agradable manera.

Salud!
MALiZiA dijo…
Cristibel, que bello este poema, con tantos sentimientos, me quedé enganchada en esa sensación de inmortalidad que nos dan los recuerdos...
beso grande! y gracias por lo que siempre me escribís.
Despecador dijo…
Bueno, y despúes del bautismo... empieza la Vida. Abrazos cercanos, aunque estés desnuda.
EstefaníaV dijo…
No podías ilustrarlo mejor (de todas las maneras). Es perfecto.

Mi intención (tal vez la nuestra) está en mi casa.
Anónimo dijo…
Hermosa foto :)

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