La Papisa Juana

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«A principios del siglo X pasaron a Alemania a convertir sajones al cristianismo varios sacerdotes ingleses, entre ellos uno con una hermosa joven que había robado a su familia para ocultar su estado interesante, y que dio a luz en Mayenza una niña que debía llamar la atención del mundo; era Juana, llamada por otros Gilberta, Isabel o Margarita, la que instruida por su padre, alcanzó tales conocimientos que admiraba a los más sabios doctores.

Llegó la edad del amor, y la ciencia fue impotente; un monje inglés de la abadía de Fulda la declaró su pasión y, vencida de su amor, huyó con él a la abadía, donde penetró bajo el nombre de Juan el inglés y estudió con el sabio Rabán Maur, hasta que partieron a Inglaterra y Francia, donde Juana, cubierta con su traje de hombre, disputó con los más célebres doctores, San Auscario, el fraile Beltrán y el abad Lobo de Ferriere, pasando luego a Atenas, que era entonces el foco de la ilustración; Juana tenía entonces veinte años, y aunque hermosa, la palidez del rostro y el hábito de fraile le daban el aspecto de un monje joven: allí pasó algunos años, juntando a sus conocimientos universales una elocuencia que admiraba a todos, cuando su amante murió repentinamente y entonces marchó a Roma, haciéndose admitir en la escuela de los griegos para enseñar las artes liberales, causando tal entusiasmo sus arengas e improvisaciones que se le adjudicó el título de príncipe de los sabios.

Nobles, cardenales, sacerdotes, diáconos y frailes se honraban con su amistad, y admirando su pureza y talento formaron un gran partido que la elevó a la silla pontificia a la muerte de León, siendo consagrada por tres obispos en la basílica de San Pedro, ante los enviados del emperador, y en la catedral del Sena consta su retrato con el título de Juan VIII, papa hembra.

Con gran sabiduría ejerció el pontificado, confirió órdenes a prelados, sacerdotes y diáconos; consagró altares, administró el sacramento, dio a besar sus pies a los obispos, compuso varios prefacios para misas que fueron prohibidos luego por sus sucesores, y dirigió tan hábilmente la política de la Iglesia, que el anciano Lotario abrazó por su consejo la vida monástica en la abadía de Prum, recibiendo Luis la corona imperial de manos de Juana.

Juana, hasta entonces pura, ya sea que la naturaleza la impulsara o que el poder corroe los más bellos sentimientos, eligió un amante, le colmó de honores y se aseguró de su discreción, y fue tanta, que aún no se sabe si era un camarero o un capellán, la mayoría cree que un sacerdote-cardenal de la iglesia de Roma; lo cierto es que la indiscreta naturaleza la dejó encinta y que en una procesión de rogaciones, yendo a caballo, revestida de los ornamentos pontificales, al llegar cerca de la basílica de San Clemente los dolores de parto fueron tan grandes, que soltó las riendas y cayó del caballo lanzando horribles gritos, hasta que, destrozadas las sagradas vestiduras, dio a luz un niño, en medio de una confusión horrible y de las amenazas del clero, sucumbiendo allí la desdichada al dolor y la vergüenza, con un adiós al sacerdote-cardenal que la sostenía, volando su alma al cielo, después de dos años de pontificado. Allí mismo la enterraron con su hijo, que fue ahogado por los sacerdotes y se levantó sobre su tumba una capilla con una estatua de mármol de la papisa, revestida de los hábitos sacerdotales y un niño en los brazos, que fue destruida por Benito III, pero cuyas ruinas aún se veían en el siglo XV.

El clero, indignado, inventó la prueba de la silla horadada, en la que se sentaba el Papa medio tendido, con las piernas separadas y los hábitos entreabiertos para mostrar su virilidad; dos diáconos se aseguraban por la vista y el tacto, y gritaban: Ya tenemos Papa. Todos se prosternaban al Deo granja, le ceñían el cinturón, le besaban los pies y celebraban un gran festín; esta prueba ridícula duró hasta León X.

Fuente: http://www.editorialbitacora.com/bitacora/juana/juana.htm

La Iglesia Católica no acepta la existencia de la papisa. No aparece en la historia papal y se interpreta más bien como una leyenda.

Lo cierto es que la historia está escrita por hombres. Son pocas las mujeres que se han destacado en la historia y han recibido cierto reconocimiento, pero a costa de mucho sufrimiento.

Ignoro si la Papisa Juana habrá existido. No tengo forma de probarlo. Podría decirles que confío más en la tradición oral que en lo que está escrito, por conveniencia, intereses políticos y económicos. Pero imagino que, para algunos, no será suficiente.

En fin, les dejo el beneficio de la duda. Luego les estaré contando más acerca de otras mujeres que dejaron huella...

Comentarios

Diego dijo…
Gracias por pasarme la info. Muy interesante en serio....
Las mujeres han hecho más de lo que la historia lo dice, y van a seguir hacienod mas!

SALUDOS!




PD: :lengua:
Azzafrack dijo…
Pues yo si me he creido muy fuertemente ese dicho de "detras de cada hombre exitoso hay una mujer que lo apoya" Total los hombres sin mujeres no seríamos nada de nada...
Es interesantemente triste ver la actitud de la sociedad al ver a la mujer como un mito y no como un ser humano en igualdad de condiciones.

Ojala que asi como otras cosas han cambiado en el pasado esto cambie en el futuro
Arlene Griselle dijo…
Muy interesante, seguiré visitandote.

besos y abrazos
Diego dijo…
Con respecto al comentario de Azza, yo diria que hay veces en que el dicho cambia a "detrás de cada mujer exitosa, hay un hombre celoso"

Jaja, al chile q pasa!! :|
Ijole.
Tan así?
Alejandro Gago dijo…
yo si creo que existio...
y si detras de cada hombre hay una mujer...
mi mama es el poder detras de mi papa, ella es la que habla, la que hace, y deshace, la que hace todo, sabe todo, jeje, mas metida no puede ser!!!
y tiene todala fuerza y el coraje.
mmm asi que no esta detras, esta junto a el, pero aun la sociedad no lo ve asi, aun falta avance.
OOOpppsss melenudo tema de debate. Vamos a sacar un poquillo de chispas...

Ja. Yo siempre he pensado que la mujer es el ícono ideal para llevar a la iglesia adelante porque es más pura, elocuente y convincente.

No obstante...bueno...ya saben, todo el carmesí cristiano y muchas otras religiones son absolutamente machistas. (Si existiera ¿sería Dios machista? Es que en la Biblia el hombre es toda y la mujer casi nada) Y lo que es la vida, hay más mujeres creyentes que hombres creyentes y ellas tienen taaantas razones para no serlo..

Y para rematar, está esa bendita frase que el hombre malinterpretó:
Exodo 17:6-7 "Moisés recoge esa vara y golpea la roca" Y pobre la esposa de Moisés, le fue feo.

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