Asalto no.8
No entendí muy bien qué era lo que estaba pasando, pero inmediatamente supe que ella estaba en peligro, rodeada de gente que iba a hacerle daño. Así es que hice lo que debía hacer: la tomé de la mano y pensé en elevarme. Literalmente salimos volando de ahí. Y bastante lejos, por cierto...
Pasaron barrios, ciudades, colinas, montañas, mar por debajo de nuestros ojos, hasta que aterrizamos en un museo. ¿Por qué? No lo tengo claro aún. Pero aprovechamos la huída para ser turistas, pero con cultura. Visitamos los más famosos e históricos museos de Europa, nos detuvimos en sus salones, a observar con detalle cada pintura, cada obra. Como si el peligro no hubiera estado cerca, como si nada hubiera sucedido... ¿qué ocurrió realmente?
Ya no tenía sentido reparar en ello, estábamos a kilómetros de ahí... hasta que me percaté que estaba más cerca de lo que creía: en mi propia habitación, mirando hacia el techo.
Pasaron barrios, ciudades, colinas, montañas, mar por debajo de nuestros ojos, hasta que aterrizamos en un museo. ¿Por qué? No lo tengo claro aún. Pero aprovechamos la huída para ser turistas, pero con cultura. Visitamos los más famosos e históricos museos de Europa, nos detuvimos en sus salones, a observar con detalle cada pintura, cada obra. Como si el peligro no hubiera estado cerca, como si nada hubiera sucedido... ¿qué ocurrió realmente?
Ya no tenía sentido reparar en ello, estábamos a kilómetros de ahí... hasta que me percaté que estaba más cerca de lo que creía: en mi propia habitación, mirando hacia el techo.
Comentarios
Siempre es bueno tener sueños fantasiosos, en especial cuando tenemos tantos problemas y cuestiones en la realidad que no nos dejan estar en paz
Saludos
abrazos
me lo sé de memoria...
es blanco...
y triste...
snif snif
que techo más feo! : (