Agua
Cuando estoy dentro del Mar, tengo la sensación de que pertenezco a ese lugar. Volver a tierra es lo difícil. En algún momento fui una criatura mitológica marina. Lo sé. No me pregunten cómo. Sólo lo sé. Mis emociones se mueven dentro de mi como lo hacen las mareas con los cambios de Luna. Puedo ir a las profundidades. Conozco la oscuridad. He navegado en ella. He luchado por no caer de nuevo. No se lo deseo a nadie. Desde la última vez, me dediqué a sanar, a llenarme de Luz. Dentro del Mar, con los rayos del Sol, los colores de la naturaleza marina se vuelven más iridescentes. Así entra la medicina al alma cuando se toma. La medicina espiritual. La otra, en la que están pensando, sólo es como una droga que te provoca un mal viaje, y con el tiempo, dependencia. Para sanar, hay que ir a la raíz, al origen. Y no, no es fácil. Requiere trabajo. Es como una limpieza profunda. Probablemente salgan cosas que no querás ver o enfrentar, pero una vez que terminés tu trabajo, te liberarás. ...