Limbo

Mi piel se destiñe en sepia,
mis labios se agrietan.
La Vida solía tener otro sabor,
y era más intenso.

Habita mi mente una canción monótona,
que se enciende al amanecer, 
a la cuenta de diez.

Cada noche es una aventura,
los sueños aún tienen colores,
sabores, texturas.

Sale el sol, 
y de nuevo lo mismo,
un camino sin rumbo,
cubierto por el polvo o la neblina.

Mi pregunto si el limbo tiene final,
y si una vez tuvo un comienzo,
y cómo, cuándo y dónde, 
caí en este agujero.

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