Para una gitana...
Más para una gitana que viaja en su propio bote, tres años son demasiado tiempo para permanecer en un mismo lugar. Bueno, no cualquier lugar...: la casa de sus padres. Espero haber aprendido la lección de Vida que me trajo a este rumbo nuevamente, tras nueve años de haber abandonado el nido.
El viernes por la noche, en lugar de meditar con la letra OM, pronunciaba repetidamente: HUMMMMMMIIIIIIIIILDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAD. Dura lección para quien vive, según dicen, un mundo de contradicciones. Bailo descalza y muy maquillada, muy ataviada, muy emperifollada. Mi clóset es amplio, y últimamente, no tengo ni para los pases, aunque me juré a mi misma que nunca más se repetiría. Ha pasado por mi mente la idea de empezar a vender cosas. Empecé por mi hornito rojo. No era la gran cosa. Pero con lo que saqué por él pagué mi clase de tango. Sin embargo, cuando frente a mis ojos se presenta mi sueño de ser empresaria, y me doy cuenta de que hay una serie de cuentas por pagar, eso sin tomar en cuenta las deudas que tengo pendientes con Raymundo (y todo el mundo), mis deseos de largarme, de realizar y concretar ideas pendientes... No, no pienso decir que me resulta frustrante. Porque muy a pesar de muchos, si hay algo de lo que no carezco es de esperanza... y creatividad. Así es que de ésta (como de las otras), salgo. Y de que salgo, salgo. Porque lo prometido es deuda. Más conmigo misma. Dije.
El viernes por la noche, en lugar de meditar con la letra OM, pronunciaba repetidamente: HUMMMMMMIIIIIIIIILDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAD. Dura lección para quien vive, según dicen, un mundo de contradicciones. Bailo descalza y muy maquillada, muy ataviada, muy emperifollada. Mi clóset es amplio, y últimamente, no tengo ni para los pases, aunque me juré a mi misma que nunca más se repetiría. Ha pasado por mi mente la idea de empezar a vender cosas. Empecé por mi hornito rojo. No era la gran cosa. Pero con lo que saqué por él pagué mi clase de tango. Sin embargo, cuando frente a mis ojos se presenta mi sueño de ser empresaria, y me doy cuenta de que hay una serie de cuentas por pagar, eso sin tomar en cuenta las deudas que tengo pendientes con Raymundo (y todo el mundo), mis deseos de largarme, de realizar y concretar ideas pendientes... No, no pienso decir que me resulta frustrante. Porque muy a pesar de muchos, si hay algo de lo que no carezco es de esperanza... y creatividad. Así es que de ésta (como de las otras), salgo. Y de que salgo, salgo. Porque lo prometido es deuda. Más conmigo misma. Dije.
Comentarios
siempre es necesario.
Lo lograrás!!
saludos!