No sos vos, soy yo , de Juan Taratuto, Argentina, 2004. Pensé en el título como la típica excusa, la frase pre-hecha para terminar una relación. Llegué al cine, leí la sinopsis y me dije: voy a llorar. Me senté en la butaca en la que me sentí más cómoda. A mi alrededor, una que otra pareja, grupos de amigos y uno que otro individuo, como yo. El individuo de atrás me pidió la hora. Empieza la película, la historia de un tipo que planea casarse con su novia e irse juntos a EEUU. Ella decide que está confundida, se liga otro tipo y abajo planes. Inicia el duelo del tipo. Contrario a lo que creí, me reí tanto... Era tan patético en cada una de sus etapas de duelo, tan ridículo, que el ataque de risa era inevitable. Y, pues claro, me sentí identificada. Con ambos personajes. No les cuento por qué con ella, porque les adelantaría una parte de la película... Me quedé viendo los créditos, hasta el final, como de costumbre. El individuo que me pidió la hora también: - ¿Patético, no? - Mucho - ...