Pude haber llevado la cámara... Debí haber llevado la cámara. Pero preferí no tener problemas en la entrada. Los de seguridad suelen ser prepotentes: abuso de autoridad, que dicen. Y pues como estaba por pasarla bien, preferí evitarme un mal rato. Estando ahí, todo fue brincar, sonreír, corear, gritar, llorar. Nada como un concierto en vivo. Y sí, Cerati es un divo. No más ladeaba la cabeza, y encendía gritos. ¿Para qué más? Fue exitoso, riquísimo... Crimen , me robó unas lágrimas. Karaoke me despertó una risa maliciosa. ¿Las demás? Recuerdos, por qué no decirlo. Nada como sentir la música, así, tan cerquita... Y si bien no tengo fotografías para mostrarles, las verán hoy en La Nación . Mis fotografías del concierto, las guardo en mi memoria. Adoré las luces. Soñé despierta con bailar con mis alas en medio de esas vaporosas luces azules. P.D.: De no ser por Ciudad Caníbal, no hubiera logrado pagar 22 000 colones, menos en tiempos en los que soy parte de las estadísticas de desempleo ...