Traumas de la adolescencia - Parte II (o La Cortavenas)
Se habrán preguntado por qué un video de Yuridia... Por qué esa canción, además... Dudarán de mis gustos musicales, imagino...
Pues precisamente ayer me preguntaba, porque aún hoy esta música me puede mover algo... Y es que la verdad verdad, es que durante mi adolescencia me la pasaba escuchando música pop...romántica (suspiro). Sí, lo sé, suena patético, pero es cierto. Recién amplié mis conocimientos musicales cuando entré a la U, y trabajé en la primera emisora de radio.
Pero antes de eso, vivía en una burbuja (o más bien, otra burbuja, porque la Universidad también cumplió su papel de placenta).
He aquí el contexto: Iba del colegio a la casa y de la casa al colegio. En mi tiempo libre veía televisión y escuchaba música romántica. Por supuesto, no me perdía el programa de Rooper Alvarado, "Sólo para enamorados". Ah, ah, un momentito... enamorada de quién? Aquí es donde viene el asunto serio. Tenía amores, sí, todos platónicos, por supuesto. Uno de ellos, había muerto en el siglo diecinueve: Gustavo Adolfo Bécquer. Como si no hubiera sido suficiente llenar mi mente de niña de cuentos de hadas, ahora añoraba ser la musa fantasmal de Bécquer. Así como lo leen.
Cada vez más apartada de la realidad. Y sin más modelo masculino que mi propio padre. No tuve hermanos, primos, amigos, compañeros de colegio y mucho menos novio en esa época.
Y después se preguntan que por qué creo en los príncipes azules!!!
P.D.: Afortunadamente los años pasan, y no de gratis.
Pues precisamente ayer me preguntaba, porque aún hoy esta música me puede mover algo... Y es que la verdad verdad, es que durante mi adolescencia me la pasaba escuchando música pop...romántica (suspiro). Sí, lo sé, suena patético, pero es cierto. Recién amplié mis conocimientos musicales cuando entré a la U, y trabajé en la primera emisora de radio.
Pero antes de eso, vivía en una burbuja (o más bien, otra burbuja, porque la Universidad también cumplió su papel de placenta).
He aquí el contexto: Iba del colegio a la casa y de la casa al colegio. En mi tiempo libre veía televisión y escuchaba música romántica. Por supuesto, no me perdía el programa de Rooper Alvarado, "Sólo para enamorados". Ah, ah, un momentito... enamorada de quién? Aquí es donde viene el asunto serio. Tenía amores, sí, todos platónicos, por supuesto. Uno de ellos, había muerto en el siglo diecinueve: Gustavo Adolfo Bécquer. Como si no hubiera sido suficiente llenar mi mente de niña de cuentos de hadas, ahora añoraba ser la musa fantasmal de Bécquer. Así como lo leen.
Cada vez más apartada de la realidad. Y sin más modelo masculino que mi propio padre. No tuve hermanos, primos, amigos, compañeros de colegio y mucho menos novio en esa época.
Y después se preguntan que por qué creo en los príncipes azules!!!
P.D.: Afortunadamente los años pasan, y no de gratis.
Comentarios
A mi todavía me mueve algo cuando escucho La Gota Fría.
Un beso
Saludos.
bueno.. no en vano pasan los años.. jajaj espero q ya no t enamores de mas fantasmas!
saludos mi cristi...
pero a Becquer? eso es original!
:D