Anoche
Anoche, acostada sobre mi cama, acaricié suavemente mi hombro izquierdo y una lágrima bajó por mi mejilla derecha. Hace bien abrazarse, después de todo, hay que ser agradecida con el cuerpo que te transporta y te da calor en las noches frías, largas, insomnes. Bailaría con las agujas del reloj, si supiera bailar este tango.
En cambio me descubro moviendo los hombros al escuchar:
"Sueño mamá, contigo toda la noche.
Cuando me quiero despertar, no puedo, no puedo.
Sueño que estoy en un camino que,
conduce al mar y estás tú,
esperando, esperando..."
Tú esperas, yo espero.
¿Qué espero?
Comentarios
esperas que alguna vez deje de esperarte esa eternidad al otro lado de los sueños...
firma: cristobal (cristo para los amigos)
cristobalreynoso.blogspot.com