Aguacero
Llueve, y el espanto se hace trizas. Llueve, y procuro hacerme un ovillo. Llueve en tus ojos, llueve en mis labios... Me armo con cada gota, y cada gota me hace más fuerte. Llevo adentro un aguacero, de ramas caídas, de horizontes lejanos, de cielos despejados. Me sacudo el agua: el agua me ha eternizado. Después de mojarme el alma, me escurro de recuerdos.
Comentarios
Esas flechas en la espalda, guardalas, a la mejor un día te sirven.
Un beso. Ánimo