Album de amor, locura y dolor
- Una semana después de ese beso, le hice ver que esperaba que "no fuera como los otros".... (¡patética!) Me hizo compañía durante 5 años. Aprendí lo que debía hacer y lo que no; lo que no sabía de masculinidad, excepto por el modelo de mi padre. Amé tanto como sufrí e hice daño. Reí tanto como lloré. Y jugué.
- Tratando de olvidar me enamoré del superhéroe de mi infancia, con quien jugábamos a Superman y la Mujer Maravilla. Pero esa semana, parte de él no estaba aquí. Supongo que parte de mí, tampoco estaba...
- Luego, conocí a un vampiro de piel muy blanca. Antes de que yo me aferrara a su cuello, descubrí que tenía novia... Quise matarlo... Lo amenacé, y me creyó... (jejeje).
- Una noche, decidí salir con un niño de su madre... Al punto que ella me llamaba a preguntar por su hijito... (¡en qué lío me metí). A los 3 meses y medio, el niño desapareció por una semana. Su madre estaba desesperada. Yo le dije que no lo ocultaba debajo de mi colchón... Así es que cuando se le ocurrió aparecer, ¡di por terminado el asunto!
- La primera vez que vi esos ojos verdes, él creyó que ya nos conocíamos, por la forma en la que yo lo miraba... Le anoté mi teléfono en una servilleta, y a los pocos días me ayudó a mudarme a la casa de una amiga. Jugábamos mucho, a fantasías inventadas... pero la locura no pudo con ambos, y yo aún no olvidaba lo que había vivido por cinco años.
- Cuando lo vi entrar por la puerta, creí que la chica con la que venía era su novia. Afortunadamente, era sólo una amiga. Esa noche salimos, y cuando regresamos a la casa, bailamos salsa, merengue y son cubano. Seguimos bailando por cuatro meses. Me gustaban sus ojos, su olor, su voz, su sonrisa, sus palabras, y nuestros momentos. Era tan perfecto que se fue. Y muy lejos.
- Después de seis meses de encierro, decidí volver a salir a la luz. Y como aún tenía ganas de bailar, bailé otros cuatro meses con un garífona. Pero él se estaba apagando, y yo me estaba encendiendo...
- Tomar lo primero que hay a la mano no es una buena idea, así es que un mes después de andar con un niño engreído, me fui al mar. Allí conocí a un tipo, que no era nada inteligente,ni atractivo, ni mucho menos bondadoso. Pero sí muy listo. Caí. No sé cómo pero caí. Y el dolor que sentí durante y después de esos cuatro meses, no se lo deseo ni a mi peor enemiga...
- Tratando de sacármelo de la cabeza, empecé a hablar y a bailar roots con un niño mucho menor que yo... Pero mucho más dulce. Sé cuánto me quiso. Pero, aunque le tomé mucho cariño, mis pedazos no estaban unidos aún...
- Por otro lado, tenía mil proyectos en mi cabeza. Y uno de esos proyectos se convirtió en affair. Durante ese concepto fue divertido. Dejó de serlo después. Me pregunto si aprendería a ser más amable, o a pensar en alguien más que en sí mismo. Así es "el amor", cada uno en lo suyo, como en el anuncio de tv.
Continúa.
- Tratando de olvidar me enamoré del superhéroe de mi infancia, con quien jugábamos a Superman y la Mujer Maravilla. Pero esa semana, parte de él no estaba aquí. Supongo que parte de mí, tampoco estaba...
- Luego, conocí a un vampiro de piel muy blanca. Antes de que yo me aferrara a su cuello, descubrí que tenía novia... Quise matarlo... Lo amenacé, y me creyó... (jejeje).
- Una noche, decidí salir con un niño de su madre... Al punto que ella me llamaba a preguntar por su hijito... (¡en qué lío me metí). A los 3 meses y medio, el niño desapareció por una semana. Su madre estaba desesperada. Yo le dije que no lo ocultaba debajo de mi colchón... Así es que cuando se le ocurrió aparecer, ¡di por terminado el asunto!
- La primera vez que vi esos ojos verdes, él creyó que ya nos conocíamos, por la forma en la que yo lo miraba... Le anoté mi teléfono en una servilleta, y a los pocos días me ayudó a mudarme a la casa de una amiga. Jugábamos mucho, a fantasías inventadas... pero la locura no pudo con ambos, y yo aún no olvidaba lo que había vivido por cinco años.
- Cuando lo vi entrar por la puerta, creí que la chica con la que venía era su novia. Afortunadamente, era sólo una amiga. Esa noche salimos, y cuando regresamos a la casa, bailamos salsa, merengue y son cubano. Seguimos bailando por cuatro meses. Me gustaban sus ojos, su olor, su voz, su sonrisa, sus palabras, y nuestros momentos. Era tan perfecto que se fue. Y muy lejos.
- Después de seis meses de encierro, decidí volver a salir a la luz. Y como aún tenía ganas de bailar, bailé otros cuatro meses con un garífona. Pero él se estaba apagando, y yo me estaba encendiendo...
- Tomar lo primero que hay a la mano no es una buena idea, así es que un mes después de andar con un niño engreído, me fui al mar. Allí conocí a un tipo, que no era nada inteligente,ni atractivo, ni mucho menos bondadoso. Pero sí muy listo. Caí. No sé cómo pero caí. Y el dolor que sentí durante y después de esos cuatro meses, no se lo deseo ni a mi peor enemiga...
- Tratando de sacármelo de la cabeza, empecé a hablar y a bailar roots con un niño mucho menor que yo... Pero mucho más dulce. Sé cuánto me quiso. Pero, aunque le tomé mucho cariño, mis pedazos no estaban unidos aún...
- Por otro lado, tenía mil proyectos en mi cabeza. Y uno de esos proyectos se convirtió en affair. Durante ese concepto fue divertido. Dejó de serlo después. Me pregunto si aprendería a ser más amable, o a pensar en alguien más que en sí mismo. Así es "el amor", cada uno en lo suyo, como en el anuncio de tv.
Continúa.
Comentarios
Yo tengo cerca un hermoso vampirito, pero temo aferrarme a su cuello..
Prefiero esperar un príncipe negro (jaja!) que sea la mezcla de todos esos maestros del tiempo.
Saludos!
JD
no se puede siquiera intentar?
yo deseo de nuevo una vampirita para mi cuello :(
Gracias,
La administración.
Estimados remeros:
Cuidado con esos cuellos, tengan cuidado con quienes o a quienes se les aferran...
Atte,
La administración.
Y lo de los cuellos... a mí igual me resulta divertido casi q d cualquier cuello q decida guindarme pues quedaré en el aire!!! :P
Pero no, hay q ser selectivas... :jeje:
y como si hoy solo fuera un día más de enero
para reir
para soñar y rodar sin miedos por el suelo
y jugar hasta el cansancio.
Como si no hubieran existido esos llantos que laceran el alma
y no tuvieras cicatrices frescas
en el sitio del corazón.
Hagamos como si de repente apareciera un vampirillo destornillado, loco y descabellado
que quedara desparramado con solo verte,
con solo saber que existes.
Hagamos como si fuera un vampirillo diferente
que no hubiera causado estragos
en el alma de tus sueños
y como si la tristeza
no fuera un monstruo de afilados dientes
sentado al pie de tu cama
que se iría al verte llegar
y como si hoy solo fuera un día más de enero
para reir
para soñar y rodar sin miedos por el suelo
y jugar hasta el cansancio.
"Lo que tú quieras que sea seré"
Pero sería muy pretensioso algo así. Quizás un navegante esporádico de la red, ansioso por remontarse alguna vez en el nada que ver con la ciudad.