Erase una vez que se era...

Erase que se era la historia de una damicela y un colombiche que se conocieron en un restaurante. Ella fue a comer allí, muy elegante, con su señora madre y su señor primo. El colombiche en cuestión trabajaba en el dichoso restaurante.

Entonces, ambos se miraban a los ojos profundamente.

En una de tantas, al dichoso colombiche, por estar viendo los ojos de su damicela, se tropezó en una grada y ¡zás!, se le derramó el contenido de la bandeja. Afortunadamente, no se quebró ningún vidrio... Esto provocó las risas de la damicela y su consorte.

Pero él, ni lerdo ni perezoso, se apresuró a atender esa mesa. Ella, no menos astuta, le pidió la cuenta. Y le escribió su número telefónico en la parte de atrás de la factura. De modo que él la llamó días después. Concertaron una cita. Y salieron un primero de enero del 2005.

De ahí en adelante todo fue brillo en los ojos, chispas, rayos y centellas y demás fuegos artificiales...

Hasta que la chispa se extinguió.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Comentarios

Alejandro Gago dijo…
que buena historia...
pareciera que solo en la tv puede ocurrir.
jeje incluso las miradas y que el mae se cayera!
mmm muy astuta en lo del tel
y asi como empezo termino???
lastima que las chispas y los rayos y todo no generaran un fuego permanente
pero hay cenizas! y puede existira fuego de nuevo con esas chispas o con otras
Damián Arroyo dijo…
ese cuento ya me lo contaron :D
Uhm.
Yo sabia q vos eras cenicienta!!
=P
Just Me dijo…
mmmmmm.. q trsite final... No vale, esas historias no salen asi en la TV.... Siempre nos hacen trampa....

Un abrazito XD
El joven viejo dijo…
Historia con histeria perece. No merecía un final triste pero la vida golpea. Animo!
Diego dijo…
Tal vez el final no es tan triste... es cuestion de agarrar la pluma y escribir otro cuento.

SALUDOS!
Resulta que, como buenos premeditadores, se hicieron un exámen de sangre y voilá...su sangre no era compatible, eran extremos de altísimo riesgo, con lo cual fueron a tomar café y a tomar una decisión.

- Entonces, ya no nos amamos más?
- No
- O.k. No problem, y vos que harás?
- No sé, buscarme una compatible, y vos?
- Diay también.
- O.k. Chao y suerte
- Igual cariño.
Anónimo dijo…
Eso nos pasa a los hombres, nos embobamos con la belleza femenina, cometemos errores, pecamos, amamos pero todos felices, hasta que la muerte, o el escritor nos lo permita.

http://colombiche.net/mipueblo/main.php

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